El dolor lumbar constituye uno de los principales problemas sanitarios en la sociedad actual y una de las causas más frecuentes de discapacidad1. De hecho, la prevalencia en la población general es de un 38%, teniendo una mayor incidencia en mujeres de mediana edad2.
Conceptualmente la Guía Europea de Prevención del Dolor Lumbar, define el dolor lumbar “como un dolor y malestar, localizado por debajo del reborde costal y por encima del pliegue glúteo, con o sin dolor referido a los miembros inferiores”3.
La musculatura de la región lumbar puede dividirse en dos grupos según su funcionalidad. En la parte más profunda se encuentra la musculatura estabilizadora que incluyen el músculo transverso del abdomen y los multífidos principalmente4,5. Estos músculos se activan de forma anticipatoria al movimiento de la columna para mantener la estabilidad de la misma y a través de un mecanismo de co-contracción, es decir, cuando se activa uno de los músculos se activa el otro6,7. El otro grupo de músculos, situado a nivel superficial, constituye la musculatura movilizadora del tronco e incluyen el músculo recto del abdomen, los músculos oblicuos internos y externos, músculos erectores de la columna y cuadrado lumbar esencialmente8. Estos músculos se encargan principalmente de la realización de grandes movimientos8.
La musculatura de la región lumbar puede dividirse en dos grupos según su funcionalidad. En la parte más profunda se encuentra la musculatura estabilizadora que incluyen el músculo transverso del abdomen y los multífidos principalmente4,5. Estos músculos se activan de forma anticipatoria al movimiento de la columna para mantener la estabilidad de la misma y a través de un mecanismo de co-contracción, es decir, cuando se activa uno de los músculos se activa el otro6,7. El otro grupo de músculos, situado a nivel superficial, constituye la musculatura movilizadora del tronco e incluyen el músculo recto del abdomen, los músculos oblicuos internos y externos, músculos erectores de la columna y cuadrado lumbar esencialmente8. Estos músculos se encargan principalmente de la realización de grandes movimientos8.
Habitualmente, la causa específica del dolor lumbar es difícil de determinar; sin embargo, se cree que una de las causas importantes de esta patología es el debilitamiento o déficit de control motor por parte de la musculatura profunda del tronco, la musculatura estabilizadora10. Por tanto, el tratamiento de esta patología podría ir encaminado a la potenciación, coordinación y tonificación de esta musculatura.
Hoy en día cada vez son más los médicos y fisioterapeutas que recomiendan la realización de Pilates a pacientes con dolor lumbar. Lo que nos lleva a cuestionarnos ¿por qué?, y ¿es el Pilates un tratamiento milagro para las denominadas “lumbalgias”?
El método Pilates, desarrollado por Joseph Pilates, es un ejercicio global basado en el control corporal y mental. En este método se combinan ejercicios de estabilidad, control motor y postural, flexibilidad, coordinación movimiento-respiración y fuerza. Más concretamente, engloba ejercicios estáticos y dinámicos para mejorar el control y el fortalecimiento de la zona central del tronco (núcleo central), potenciando así la musculatura profunda y estabilizadora del tronco11. Todos estos aspectos pueden reducir el dolor y mejorar la capacidad funcional en pacientes con dolor lumbar puesto que una de las causas que propicia esta patología, es el debilitamiento de la musculatura estabilizadora del tronco12.
En la Figura 213 se muestra un ejemplo de ejercicio de Pilates en decúbito prono (boca abajo), el nadador, en el que se realizan movimientos de brazos y piernas alternos a la vez que se estabiliza la zona central del tronco.
Hoy en día cada vez son más los médicos y fisioterapeutas que recomiendan la realización de Pilates a pacientes con dolor lumbar. Lo que nos lleva a cuestionarnos ¿por qué?, y ¿es el Pilates un tratamiento milagro para las denominadas “lumbalgias”?
El método Pilates, desarrollado por Joseph Pilates, es un ejercicio global basado en el control corporal y mental. En este método se combinan ejercicios de estabilidad, control motor y postural, flexibilidad, coordinación movimiento-respiración y fuerza. Más concretamente, engloba ejercicios estáticos y dinámicos para mejorar el control y el fortalecimiento de la zona central del tronco (núcleo central), potenciando así la musculatura profunda y estabilizadora del tronco11. Todos estos aspectos pueden reducir el dolor y mejorar la capacidad funcional en pacientes con dolor lumbar puesto que una de las causas que propicia esta patología, es el debilitamiento de la musculatura estabilizadora del tronco12.
En la Figura 213 se muestra un ejemplo de ejercicio de Pilates en decúbito prono (boca abajo), el nadador, en el que se realizan movimientos de brazos y piernas alternos a la vez que se estabiliza la zona central del tronco.
Los ejercicios de Pilates se inician con una estabilización de la musculatura central y profunda del tronco para consecutivamente realizar un movimiento controlado de una región del cuerpo. El componente mental de concentración es básico para la realización de Pilates puesto que nos dará mayor información sobre nuestro cuerpo13.
En cuanto a la intensidad y duración de las sesiones de Pilates para pacientes con dolor lumbar se ha establecido que deben durar entre 30 y 60 minutos, realizarse 2 veces por semana durante un periodo de 3 a 6 meses e ir progresando la complejidad de los ejercicios en función de las características de cada paciente14.
Numerosas revisiones de la literatura15-17 muestran que el Pilates mejora el dolor y la discapacidad a corto plazo en pacientes con dolor lumbar crónico. Sin embargo, no existe una evidencia clara que demuestre la eficacia del Pilates frente a otros tipos de ejercicio.
Por tanto, como respuesta a las preguntas que nos hacíamos al principio, se puede concluir que el Pilates es un ejercicio bastante completo debido a sus diversos componentes y que puede ayudar a reducir la sintomatología en pacientes con dolor lumbar. Sin embargo, su eficacia está condicionada a las características de cada paciente y no siempre va a ser un tratamiento milagro.
En cuanto a la intensidad y duración de las sesiones de Pilates para pacientes con dolor lumbar se ha establecido que deben durar entre 30 y 60 minutos, realizarse 2 veces por semana durante un periodo de 3 a 6 meses e ir progresando la complejidad de los ejercicios en función de las características de cada paciente14.
Numerosas revisiones de la literatura15-17 muestran que el Pilates mejora el dolor y la discapacidad a corto plazo en pacientes con dolor lumbar crónico. Sin embargo, no existe una evidencia clara que demuestre la eficacia del Pilates frente a otros tipos de ejercicio.
Por tanto, como respuesta a las preguntas que nos hacíamos al principio, se puede concluir que el Pilates es un ejercicio bastante completo debido a sus diversos componentes y que puede ayudar a reducir la sintomatología en pacientes con dolor lumbar. Sin embargo, su eficacia está condicionada a las características de cada paciente y no siempre va a ser un tratamiento milagro.
Con la colaboración de Elena Masaguer Velasco, gran amiga y mejor fisioterapeuta.
Bibliografía
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8. Ekstrom RA, Donatelli RA, Carp KC. Electromyographic analysis of core trunk, hip, and thigh muscles during 9 rehabilitation exercises. J Orthop Sports Phys Ther. 2007 Dec;37(12):754–62.
9. Andrade S. Mayo Clinic. Advertencia de una experta: ¿Cuál es la postura sana y cómo se la mantiene? [Internet]. 2015. Available from: http://www.mayoclinic.org/
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12. Pillastrini P, Gardenghi I, Bonetti F, et al. An updated overview of clinical guidelines for chronic low back pain management in primary care. Joint Bone Spine. 2012 Mar;79(2):176–85.
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